La Herencia de los Reyes Católicos
El final de una dinastía.
Isabel y Fernando se casaron en 1468 y, durante los 35 años que duró su matrimonio, tuvieron cinco hijos que llegaron a edad adulta: cuatro mujeres (Isabel, Juana, María y Catalina) y solo un varón, Juan, cuya prematura muerte frustró la esperanza de que heredara, unificadas sobre su cabeza por primera vez en la historia, las respectivas coronas de sus padres: Castilla y Aragón.
De hecho, hubo que esperar casi veinte años más para que el nieto de los Reyes Católicos, Carlos de Habsburgo, hijo de Juana, alcanzara tal dignidad. Y sucedió así…
Los Habsburgo entran en escena
Muerto Juan, en 1497, el escenario dinástico de los reyes católicos se complicó tremendamente.
Todas sus hijas habían sido ya casadas con otros monarcas europeos, por lo cual la herencia española quedaría necesariamente en manos compartidas entre una española … y un extranjero. Fue más o menos lo que ocurrió, pero peor.
Isabel, que dejó el mundo en 1504 con 53 años, aquejada de un cáncer de útero, había designado en su testamento, como herederos de Castilla (y solo de Castilla, pues Aragón era reino de su marido Fernando, y no de ella) a su hija Juana y a su marido, el archiduque Felipe, apodado El Hermoso.
Felipe pertenecía a la familia de los Habsburgo, de origen centroeuropeo; no hablaba una palabra de castellano, era muy joven, mujeriego y ambicioso. Tremendamente ambicioso. La herencia de su suegra resultó, para él, un golpe de suerte casi increíble.
Pero claro, para disfrutar plenamente de su nuevo título de rey de Castilla (que venía, además, con el plus de las tierras americanas recién descubiertas y todas las que aún estaban por descubrir), su esposa Juana era una molestia.
Dudas sobre Juana
Llegados a este punto, nos podríamos preguntar ¿por qué razón Isabel, no legó la corona en exclusiva a su hija? La respuesta es que, probablemente, la reina temía que Juana no pudiera hacerse cargo plenamente de la tarea de gobernar.
Juana había dado muestras de ciertos desequilibrios psíquicos o emocionales, dicho lo cual es necesario advertir de inmediato que, casi seguramente, estas dolencias o síntomas fueron oportunamente exagerados y magnificados (o muchas veces inventados, lisa y llanamente) por quienes buscaban apartar a Juana del trono.
Empezando por el crápula de su marido, el Hermoso. Y siguiendo por su propio padre, el viudo Fernando El Católico, que buscaba mantenerse como regente del Reino de Castilla (y seguir reinando, además, en su propio Aragón, obvio) con la excusa de que su hija no se encontraba capacitada para gobernar.
Los dos hombres más importantes de la vida de Juana, su padre y su marido, pujaron por su herencia, dejándola a un costado con el conveniente mote de «la loca» Ganó su marido, Felipe… y aquello pintaba para desastre.
Castilla y todas sus posesiones quedaban en manos de un extranjero inexperiente, completamente ajeno a los intereses y tradiciones castellanas, rodeado de una camarilla de crápulas tan foránea como él mismo, a la que confiaba importantes funciones de gobierno, mientras se dedicaba a cazar, festejar y encamarse con cuanta fémina le diera la oportunidad.
Una muerte inesperada
Pero la fiesta le duró muy poco al Hermoso. Reinó apenas seis meses, y murió repentinamente en 1506, con sólo 28 años de edad. Dicen que por tomar un vaso de agua fría luego de hacer ejercicio… dicen que fue la peste…. dicen que fue envenenado. Dicen ….
Últimos intentos
El suegro, Fernando, tomó la posta enseguida, y sujetó hábilmente las riendas del poder (manteniendo bien apartada a su hija «loca»)
Mientras tanto, intentaba desesperadamente engendrar un nuevo heredero varón para su propio reino, Aragón, con la ayuda de su flamante esposa francesa, Germaine de Foix, 36 años más joven que él…
Casi, pero no pudo: Germaine dió a luz un niño, otro Juan, que solo vivió un día.
Finalmente, en 1516 Fernando se reunió con su primera esposa, Isabel, en la cripta funeraria de la Capilla Real de Granada. Allí siguen, juntos, hasta el día de hoy.
La reina más desgraciada
Y mientras tanto, ¿qué había sido de Juana?. La pobre reina (que eso era, ni más ni menos, por derecho propio, desde la muerte de su madre) iba de mal en peor.
Si efectivamente padecía algún desarreglo emocional, las continuas infidelidades y desprecios de su marido (de quién ella estaba, para su propia desgracia, perdidamente enamorada) no ayudaron en absoluto. Todo lo contrario.
Menospreciada, violentada, incluso encerrada contra su voluntad en varias ocasiones, su depresión dio paso a una crisis mayúscula tras la inesperada muerte de su marido, centro de todas sus miserias y devociones.
Juana se hunde en un estado de melancolía, como mínimo, o de enajenación tal vez, que evidentemente facilita las cosas a su padre, Fernando, para hacerse cargo de la regencia de Castilla en su nombre.
Un cortejo interminable
Se produce, entonces, uno de los dramas más increíbles y bizarros, y no menos trágico, de la historia de España. Juana desea que Felipe, muerto en Burgos, sea enterrado en Granada, porque así lo había querido, en vida, el difunto… inoportuno incluso estando muerto.
Para darle el gusto, el cortejo fúnebre debía atravesar España de Norte a Sur, por caminos imposibles, a paso de carro tirado con bueyes… Y Juana marcharía a su lado. Tres meses después del deceso, durante los cuales Juana había velado el cadáver depositado temporalmente en la Cartuja de Miraflores de Burgos, la procesión se puso en marcha.
Juana la acompaña, aunque cursa en esos momentos un embarazo de ocho meses, póstumo legado de su indigno esposo. Durante el viaje dio a luz a su sexto vástago, una niña de nombre Catalina, que no solo sobrevivió a lo precario de la situación, sino que un día llegaría incluso a reinar en Portugal.
Mientras tanto, Juana alternaba crisis de melancolía con raptos de impaciencia… el séquito avanzaba desesperadamente lento, en medio de lluvias y lodazales, con el peor clima para viajar. Para colmo de males, un brote de peste surge en Castilla, y se lleva a no pocos de los que acompañaban la procesión.
En tres meses recorrieron, apenas, 70 de los 700 km del trayecto previsto. Iban de pueblo en pueblo, en los que la comitiva se detenía por largos períodos para que Juana se repusiera y, sobre todo, para mantenerla controlada y bajo vigilancia: Cabia, Torquemada, Hornillos, Tórtoles, Arcos…
Nunca llegaron a Granada. Ni de cerca. Luego de deambular por Castilla durante tres años, nada menos, el séquito se dirigió finalmente hacia la Villa de Tordesillas, donde Fernando deseaba que su hija permaneciera para siempre, vigilada, controlada, y alejada del poder.
La reclusión final
Y así fue. La reina Juana, injustamente llamada la loca, ya no saldría jamás de la pequeña villa de Tordesillas, convertida a la postre en una especie de prisión perpetua, a la que ingresó en marzo de 1509 con 29 años de edad, y en la que vegetaría los siguientes 46 años de su vida… ¡Cuarenta y Seis!
Su compañía, durante los primeros años, serían su pequeña hija Catalina, única alegría que se le permitía, y el féretro de su marido, depositado en el vecino convento de Santa Clara…
Para seguir recorriendo los paisajes de esta historia…
Historia y Paisaje: La Muerte del Príncipe Juan
Historia y Paisaje: El Real Convento de Santa Clara de Tordesillas
Juana la loca. Película del año 2001, dirigida por Vicente Aranda.
Juana la Loca: La cautiva de Tordesillas. Manuel Fernández Álvarez. Editorial Austral, 2010.
Créditos
Texto e imágenes: HyP, excepto:
Retrato de los reyes católicos: Duoda, Women Research Center. University of Barcelona., Public domain, via Wikimedia Commons.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/08/Fernando_e_Isabel.jpg
Retrato de Felipe «el Hermoso»: Master of Affligem, Public domain, via Wikimedia Commons.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/e/ee/Philip_the_Handsome_-Gotisches_Haus_Worlitz.jpg/640px-Philip_the_Handsome-Gotisches_Haus_Worlitz.jpg
Juana ante el féretro de su esposo: Francisco Pradilla y Ortiz, Public domain, via Wikimedia Commons. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/c6/Do%C3%B1a_Juana%E2%80%9Cla_Loca%E2,%80%9D.jpg/640px-Do%C3%B1a_Juana_%E2%80%9Cla_Loca%E2%80%9D.jpg
Para seguir recorriendo los paisajes de esta historia…
Historia y Paisaje: La Muerte del Príncipe Juan
Historia y Paisaje: El Real Convento de Santa Clara de Tordesillas
Juana la loca. Película del año 2001, dirigida por Vicente Aranda.
Juana la Loca: La cautiva de Tordesillas. Manuel Fernández Álvarez. Editorial Austral, 2010.
Créditos
Texto e imágenes: HyP, excepto:
Retrato de los reyes católicos: Duoda, Women Research Center. University of Barcelona., Public domain, via Wikimedia Commons.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/08/Fernando_e_Isabel.jpg
Retrato de Felipe «el Hermoso»: Master of Affligem, Public domain, via Wikimedia Commons.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/e/ee/Philip_the_Handsome_-Gotisches_Haus_Worlitz.jpg/640px-Philip_the_Handsome-Gotisches_Haus_Worlitz.jpg
Juana ante el féretro de su esposo: Francisco Pradilla y Ortiz, Public domain, via Wikimedia Commons. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/c6/Do%C3%B1a_Juana%E2%80%9Cla_Loca%E2,%80%9D.jpg/640px-Do%C3%B1a_Juana_%E2%80%9Cla_Loca%E2%80%9D.jpg