Torremocha, pueblo jarameño.
San Pedro Apóstol es la iglesia parroquial de Torremocha de Jarama, pueblo situado a unos 60 km al norte de Madrid, muy próximo al límite con la provincia de Guadalajara. La raya provincial coincide, en este tramo, con el hermoso río Jarama.
Hay quien dice que hubo aquí torre, mucho antes que iglesia …
Es muy plausible que mil años atrás, mucho antes de que existiera el pueblo, se alzara una torre de piedra en estos parajes. Se trataría, en verdad, de una más entre las muchas que jalonaron las estribaciones de la Sierra Norte madrileña.
San Pedro Apóstol, en Torremocha de Jarama, exhibe su pintoresca galería porticada del Siglo XVI, en excelente estado de conservación. El edificio creció a partir de una antigua ermita medieval y, tal vez, de una torre defensiva devenida campanario del templo.
Atalayas musulmanas
Estas torres de piedra servían de atalayas para vigilar la frontera entre moros y cristianos.
Desde mediados del Siglo IX y hasta finales del Siglo XI, el limes del al-Ándalus discurría precisamente por las serranías situadas al norte del valle del Jarama, integrado en la llamada “Marca Media” toledana. Es posible que “jarama” derive de una expresión arabizada, significando “río de frontera” o “río de nadie”.
En su origen, la torre que terminaría dando nombre al pueblo habría sido, entonces, una torre o atalaya defensiva musulmana. Tal vez se tratara de un puesto avanzado de la cercana y en ese entonces poderosa Uceda, villa separada de Torremocha por las aguas del Jarama.
La reconquista cristiana
A fines del siglo XII o principios del XIII, los territorios situados entre la sierra norte de Madrid y el río Tajo fueron reconquistados por los cristianos, junto con Toledo.
La ciudad del Tajo, capital del reino Taifa que dominaba el valle del Jarama, fue tomada en 1085 por Alfonso VI de Castilla (el rencoroso rey del cantar del Mío Cid campeador)
Junto con la capital, cayeron en manos cristianas todas las villas y ciudades al norte, incluyendo Madrid, Alcalá, Talamanca y Buitrago.
Algunas ciudades volverían a ser recuperadas transitoriamente por los musulmanes, ya en período almorávide, entre los años 1090 y 1100. Pero finalmente, hacia el año 1130, los musulmanes fueron expulsados definitivamente al sur del río Tajo.
Atalaya musulmana de Torritón, o “Torre de Otón”, con el aspecto que tenía antes de su última restauración a fines del Siglo XX. Se encuentra a unos 4 km al sur de Torremocha de Jarama, muy cerca del río. Su posible origen emiral, de fines del Siglo IX, es discutido por quienes proponen una génesis visigoda o incluso romana, guardando un vado del Jarama. Se sabe con certeza que en su entorno existió una iglesia dedicada a San Andrés Apóstol, cuyos cimientos y algunas losas sepulcrales aún eran visibles en el Siglo XVIII.
Una antigua ermita románica
En algún momento de esa historia, probablemente en el entorno del año 1100, se construyó una pequeña ermita en el paraje que luego sería conocido como Torremocha de Jarama, dependiente de la cercana Uceda.
Ya desde entonces, el templo fue consagrado a San Pedro Apóstol, por decisión del recién restaurado arzobispado de Toledo.
La ermita fue el embrión de la actual iglesia, que se iría agrandando y completando durante los siguientes trescientos años, hasta finalmente adaptar la torre como campanario … si es que la antigua atalaya que dio nombre al pueblo se encontraba, efectivamente, junto a la ermita.
De ermita a parroquia, y de aldea a villa.
La antigua ermita se convierte en parroquia diezmera hacia el año 1556, adscripta a la Catedral Magistral de Alcalá de Henares.
Torremocha de Jarama, aldea perteneciente hasta ese entonces a la antigua comunidad de villa y tierra de Uceda, sufre un complejo proceso de enajenaciones y cambios de jurisdicción. Todo ello enmarcado en un tira y afloje entre la próspera Torrelaguna y una declinante Uceda, que de todos modos logrará, a la postre, conservar su jurisdicción sobre Torremocha.
Durante los siguientes 250 años sus pobladores intentarán, infructuosamente, que se la declare villa independiente. No lo lograrán plenamente, sino hasta la promulgación de la Constitución de Cádiz, en 1812. De hecho, la conformación definitiva de su territorio recién se completará en 1843; por entonces, la villa contaba con menos de 300 habitantes.
Dudas, teorías y alguna certeza
El investigador Sanz Hernán consideró que la primitiva ermita se levantó junto a la que había sido una atalaya mora. Es decir, defiende la teoría de que la génesis de la actual iglesia de San Pedro fue a partir de su torre campanario, cuyo aspecto sería completamente distinto al que vemos hoy.
Sanz Hernán opina, además, que en su origen la torre constituía una avanzada atalaya en la barbacana de la fortaleza de Uceda, de la que Torremocha (y muchas otras aldeas próximas, entre ellas Patones y Torrelaguna) dependieron durante varios siglos.
Sin embargo, otros historiadores discrepan totalmente con esta teoría, y sostienen que primero fue la iglesia, a la que posteriormente se le adosó una torre campanario junto al presbiterio.
Relictos de la cultura tradicional, los viñedos siguen presentes en el paisaje rural de Torremocha de Jarama. Junto con los olivares, las huertas y el cultivo de cereales, fueron los fundamentos de la economía familiar en la antigua dezmería y tardía villa de Torremocha de Jarama.
El fértil valle jarameño, que atrajo a los primeros campesinos asentados en estas tierras, sigue criando los cereales tradicionales de la alimentación mediterránea, como el trigo, la cebada o el centeno.
¿Atalaya o campanario?
La verdad es que el aspecto actual de la torre de San Pedro Apóstol difiere completamente de las atalayas de origen musulmán, varias de las cuales se conservan hasta el día de hoy en la zona. Todas ellas son de piedra, con planta circular y perfil ligeramente tronco-cónico.
La más cercana, conocida como atalaya de Torritón, o “Torre de Otón”, está situada a unos 4 km de Torremocha de Jarama, en dirección sur, muy próxima al cauce del río.
Pero si la propuesta de Sanz Hernán es correcta, la torre de San Pedro no habría sido una atalaya aislada, sino que se integraría en barbacana de la fortaleza de Uceda. De ser así, probablemente fuese construida parcial o totalmente en ladrillo, y su planta pudo ser efectivamente cuadrada.
Sin embargo, las fortificaciones de Uceda que actualmente pueden intuirse a partir de las escasos vestigios que se conservan, se encuentran muy alejados de este lugar, a unos 2 km, al otro lado del Jarama y elevados sobre el barranco en el cual se emplaza esa villa.
Las pinturas de San Pedro Apóstol
Más allá de toda duda, el antiguo origen medieval del templo es indiscutible, pues aunque su aspecto actual se remonta esencialmente al Siglo XVI, aún conserva en su cabecera algunas interesantísimas pinturas de aquélla época primigenia.
En particular, es posible contemplar un sugestivo Pantocrátor ejecutado en estilo tardo-románico (algo muy singular y escaso en la provincia de Madrid), pintado en el cascarón absidial que San Pedro heredó de la antigua ermita.
Interior de San Pedro Apóstol, con su cabecera exornada por pinturas murales.
Las pinturas de la cabecera tienen motivos claramente románicos, aunque su ejecución sea bastante más tardía, tal vez de mediados del Siglo XV.
En el cascarón absidial de la iglesia destacan los restos de un pantocrátor, donde las imagénes del sol y de la luna flanquean el severo rostro de Cristo en majestad.
Varias manos han intervenido en las figuras de los cuatro evangelistas del tetramorfos. Destaca claramente, repintado en algún momento pasado, el león de San Marcos.
San Juan y San Pedro, nimbados, portando llave y espada respectivamente, flanquean al crucificado en el registro inferior del ábside. A los lados, otras dos figuras son de interpretación menos evidente.
La figura femenina junto a San Pablo es Santa Lucía. Porta una palma y la copa con los ojos, atributo y símbolo de su martirio.
Otras figuras se distribuyen por las paredes del ábside, emparejadas, portando nimbos y palmas que denotan santidad y martirio. Tal vez sea Santa Águeda a quien se representa junto a San Pedro, pues su leyenda se vincula con la de Santa Lucía. También se identifica a San Marcos, en el lado sur, gracias a una filacteria.
Además de las figuras humanas, el cascarón absidial se decora con polícromos motivos vegetales, geométricos y entrelazos, particularmente en los arcos y enmarcando los vanos.
Motivos geométricos pintados en vivos tonos de rojo, azul y amarillo, alternando con blanco y negro, decoran los arcos fajones de la cabecera.
La cabecera es recorrida por una imposta de filete y bisel, en la que aún sobreviven algunos fragmentos de una inscripción:
A FER… S… (AVE MA)RIA GRACIA PLENA DO(MINUS)… ESTA OBRA MANDO FAZER EL CONCEIO E LOS HOMES BUENOS DE TORREMOCHA E M RUIS CLERIGO… ANNO DEL NACIMIENTO DE N(UESTRO SEÑOR)…
Marco temporal del origen medieval de Torremocha de Jarama
Para seguir recorriendo los paisajes de esta historia…
Fundación Santa María La Real del Patrimonio Histórico. Enciclopedia del Románico. Iglesia de San Pedro Apóstol de Torremocha de Jarama.
BVCM004468. Arquitectura y Desarrollo Urbano. Zona Norte. Tomo IV. Torremocha de Jarama.
Alberto José Sanz Hernán. Villa de Torremocha de Jarama. Anales del Concejo y crónica del Ayuntamiento. Ayuntamiento de Torremocha del Jarama, 1990.
Historia y Paisaje: Entre Uceda y Torrelaguna
Historia y Paisaje: Atalayas musulmanas
Créditos
Texto e imágenes: HyP, excepto:
Imagen 02: Atalaya de Torritón. LBM1948, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Torremocha_de_Jarama_1991_01.jpg
Mapa de la provincia de Madrid en España: Asqueladd, CC BY-SA 3.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0>, via Wikimedia Commons. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Circunscripci%C3%B3n_electoral_de_Madrid.svg
Mapa de Torremocha de Jarama en la provincia de Madrid: Nueva versión de User:HiTe, Public domain, via Wikimedia Commons. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Torremocha_de_Jarama_(Madrid)_mapa.svg
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